El Instituto Henry Moore presentó el Tercer Informe de Síntesis titulado: “Diabetes y Cáncer: Una Oportunidad para Mejorar“. Este documento, liderado por el Dr. Ernesto Gil Deza, Director de Investigación y Docencia del instituto, analiza la relación entre la diabetes y el cáncer, dos de las patologías más prevalentes del siglo XXI, y propone estrategias para mejorar la salud pública.
El estudio reveló que un 12% de los pacientes con cáncer también padece diabetes, un porcentaje significativamente mayor al promedio del 5,4% en la población general argentina.
Además, el informe expone una preocupante desconexión en la atención médica: el 60% de los pacientes con ambas condiciones no tienen a un diabetólogo como médico de cabecera, lo que pone en evidencia la necesidad de una mejor coordinación en los cuidados de salud.
Por otra parte, los controles preventivos son insuficientes. Según el informe:
– Dos tercios de las mujeres con diabetes y cáncer no se realizan pruebas de Papanicolaou.
– Un tercio no se somete a mamografías.
– El 80% de los pacientes no accede a colonoscopias ni a pruebas de sangre oculta en materia fecal.
Estos descuidos reflejan la urgencia de fomentar la educación sanitaria y promover chequeos periódicos que pueden marcar la diferencia en diagnósticos tempranos.
Diabetes y cáncer: una relación estrecha
El Dr. Gil Deza señaló que “la diabetes es probablemente la comorbilidad endocrina más frecuente entre los pacientes con cáncer“.
– Uno de cada diez pacientes oncológicos adultos tiene diabetes.
– Los pacientes diabéticos con cáncer suelen tener entre cinco y seis comorbilidades adicionales, siendo las enfermedades cardiovasculares las más comunes.
– Existe una mayor predisposición a cánceres digestivos, como el de páncreas, y ginecológicos, como el de endometrio.
– Los tumores en pacientes diabéticos tienden a ser más avanzados al momento de la consulta inicial.
Además, se observa una relación entre la severidad de la diabetes y la aparición de tumores. Por ejemplo, la edad promedio de diagnóstico de cáncer es de 64 años en pacientes no medicados, 63 años en aquellos que utilizan hipoglucemiantes y 62 años en quienes requieren insulina.
Estrategias para mejorar la atención
El informe subraya la importancia de establecer un enfoque integral en la atención a pacientes con diabetes y cáncer. Para ello, se propone:
– Fortalecer la colaboración entre diabetólogos y oncólogos para optimizar la prevención, el diagnóstico y el tratamiento.
– Promover la educación sanitaria sobre la prevención del cáncer en pacientes diabéticos.
– Garantizar que los pacientes tengan un médico de cabecera que coordine sus cuidados.
El Dr. Gil Deza concluyó: “La diabetes no solo afecta la vida diaria de los pacientes, sino que también influye en la aparición y evolución del cáncer. Intensificar los esfuerzos en prevención y tratamiento es fundamental para mejorar la calidad de vida y longevidad de esta población”.
El informe, basado en datos recabados entre 2012 y 2023 de 25.989 pacientes atendidos en el Instituto Oncológico Henry Moore, aporta evidencia valiosa para repensar las estrategias de salud pública y reforzar la atención integral en este grupo vulnerable.