Se estima que en Argentina, unas 4 millones de personas padecen diabetes, lo que representa alrededor del 11% de la población adulta. En este contexto, uno de cada diez adultos posee esta enfermedad y cerca de la mitad no sabe que la padece. La diabetes tipo 2 es la más común, mientras que la tipo 1 afecta a alrededor del 10% de los casos. La prevalencia de esta enfermedad aumenta en nuestro país por lo que la prevención se convierte en la principal arma contra esta pandemia silenciosa.
Los principales factores de riesgo de esta enfermedad son, por un lado, genéticos o hereditarios. Es decir, tener familiares con diabetes, la diabetes durante el embarazo y las mujeres con hijos nacidos con peso mayor a 4 kilos también pueden más pasibles de contraer esta dolencia. Además, la diabetes se relaciona con el sobrepeso o la obesidad, la actividad física insuficiente, el sedentarismo, la enfermedad cardiovascular, la hipertensión arterial, el colesterol alto y el tabaquismo.
Esta enfermedad se produce cuando una persona presenta resistencia a la insulina, es decir, su páncreas la sigue fabricando, pero su cuerpo no responde como debería. La glucosa es menos capaz de penetrar en las células y realizar su función de suministrar energía por lo que el páncreas detecta una concentración elevada de glucosa en sangre y fabrica la hormona. En el mediano o largo plazo, esta sobrecarga produce un agotamiento del páncreas que no podrá mantener controlada la concentración de azúcar en sangre.
Prevención y cambio de hábitos
Entre los principales puntos de prevención está la modificación de los hábitos de vida y los cambios en la alimentación están detrás del aumento de este tipo de diabetes. A continuación, algunas claves para llevar adelante con la aclaración de que en todos los casos lo recomendable es la consulta con el médico o el profesional de incumbencia.
Hacer controles periódicos. A partir de los 40-45 años, lo ideal sería realizar controles periódicos analíticos que incluyan glucosa, para ver si realmente en algún momento hay presencia de diabetes.
Dejar de fumar. El tabaquismo es un factor de riesgo para la diabetes tipo 2 y para todo tipo de enfermedades. Este hábito negativo puede contribuir a la resistencia a la insulina, hasta en un 40%, según datos del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades.
Cuidar la alimentación. Llevar una dieta equilibrada y saludable con la menor ingesta posible de azúcares simples, alimentos procesados y grasa. Un patrón de dieta mediterránea es de gran ayuda, pero entre los alimentos recomendados se pueden mencionar: ensaladas, hortalizas, carbohidratos complejos como los de la pasta, el arroz o el pan integral y alimentos ricos en fibra.
Diabetes gestacional. Las mujeres que han padecido diabetes gestacional durante el embarazo, tienen un mayor riesgo de sufrir diabetes de tipo 2 a lo largo de su vida. Una vez que dan a luz y terminada la lactancia, se les recomienda hacer una prueba para ver cómo queda el metabolismo de hidrocarbonados.
Hacer ejercicio. El ejercicio ayuda a bajar de peso, descender el nivel de azúcar en sangre y aumentar la sensibilidad a la insulina. Lo ideal es realizar al menos 30 minutos de actividad física, cinco días por semana.
Bajar de peso. La obesidad es uno de los factores de riesgo más importantes de la diabetes tipo 2, por eso bajar de peso es una prioridad. Además de la dieta y el ejercicio físico, reducir las raciones de alimentos que se consumen podría contribuir a perder peso.
Fuente: Cuidate Plus