Desde el año 2006 se celebra el Día Mundial del Riñón, una efeméride instaurada por la Sociedad Internacional de Nefrología (ISN) y la Federación Internacional de Fundaciones Renales (IFKF), a las que se suman otro conjunto de organizaciones de la salud y especialistas en el área de diálisis y otros tratamientos para los riñones.
Los riñones son órganos fundamentales para el correcto funcionamiento de nuestro cuerpo, dado que filtran la sangre para remover los desechos producidos por el organismo. Pero, curiosamente, las enfermedades renales solo presentan síntomas cuando ya se encuentran en estado muy avanzado.
El 10% de la población mundial sufre de alguna enfermedad renal crónica, pero no suelen darse cuenta hasta que el problema ya se encuentra bastante avanzado y los únicos caminos que les quedan por transitar es la diálisis o un trasplante de riñón.
El Día Mundial del Riñón fue creado para generar conciencia entre todos los habitantes del mundo para que puedan detectar cualquier padecimiento en los riñones de forma precoz y cuando aún hay tiempo para solventar la situación o para retrasar lo inevitable.
Los hábitos fundamentales para preservar la salud renal son:
*Realizar actividad física.
*Mantener control regular de los niveles de azúcar en sangre y presión arterial.
*Sostener una alimentación saludable, evitar alimentos procesados y mantener una buena hidratación.
*Controlar el peso.
*Reducir el uso de sal.
*No fumar.
*Evitar la automedicación.
Hacer chequeos renales ante uno o más factores de riesgo.
Estos son: Presión arterial alta, diabetes, obesidad, inflamación de vejiga o infecciones urinarias.
Números de la enfermedad renal en la Argentina y el mundo
En el mundo, 1 de cada 10 adultos padece enfermedad renal.
1 de cada 5 hombres y 1 de cada 4 mujeres entre 65 y 74 años tienen ERC.
La mitad de las personas de 75 años o más tienen algún grado de ERC.
Más de 2 millones de personas en todo el mundo reciben tratamiento de reemplazo renal con diálisis o con un trasplante de riñón, aunque muchas más necesitarían tratamiento, pero no lo reciben.
En Argentina, 1 de cada 8 personas padece algún grado de ERC (lo que equivale a casi 5 millones de personas) y se estima que sólo 1 de cada 10 lo sabe.