A la hora de pensar en una cirugía estética hay que considerar los peligros que una operación puede generar. Las complicaciones posibles pueden minimizarse e, incluso, eliminarse si se toman los recaudos necesarios.
Para reducir al máximo los riesgos que toda intervención puede acarrear es preciso llevar adelante una serie de consideraciones básicas indispensables.
El cirujano plástico Fernando Felice explica que la cirugía más riesgosa es una en la cual no se den los requisitos fundamentales.
“Una operación con un cirujano que no se encuentra capacitado, en la que el paciente no cumple con las condiciones óptimas de salud y se realice en un lugar no apropiado y con malas condiciones de seguridad, facilita que surjan complicaciones”, advierte.
Elección del cirujano plástico
Es fundamental buscar un profesional competente, que dentro de su consultorio exhiba todos los títulos y comprobantes que comprueben y respalden su nombre y trayectoria.
Las recomendaciones de otra mujer que se haya operado con ese especialista suele ser la mejor de las referencias. Si tiene un perfil académico, mucho mejor: esto garantiza su capacitación continua. Si trabaja en un hospital, además de su consulta, uno sabe que esto le dará mucha más experiencia y práctica laboral.
Los estudios prequirúrgicos
Antes de una cirugía estética, siempre debemos realizarnos los estudios básicos preoperatorios: un electrocardiograma informado por un cardiólogo, una radiografía de tórax y análisis de sangre.
A estos se deben agregar estudios más específicos acorde al tipo de paciente, a sus antecedentes y al tipo de cirugía por realizar. Por ejemplo, en las cirugías mamarias siempre se debe pedir mamografía y ecografía mamaria; en las nasales con antecedentes de traumatismos se debe solicitar tomografía computada nasal.
Más allá de estos estudios, el médico debe realizar una historia clínica detallada de los antecedentes del paciente: cirugías a las que se sometió, patologías, medicación que toma, alergias, etcétera. De esta forma se previenen complicaciones, y se da la posibilidad de suspender cirugías en caso de que el paciente no cumpla con los requisitos básicos cuidando, antes que nada, su salud.
El lugar para la operación
Es muy importante tener en cuenta dónde se realizará la intervención. Los procedimientos menores pueden ser hechos en forma ambulatoria en consultorio (la aplicación de botox o los rellenos, por ejemplo).
Pero, definitivamente, todos los procedimientos quirúrgicos deben ser realizados en quirófano, dentro de una clínica u hospital. La clínica debe estar identificada como tal en su puerta externa ya que es obligatorio por ley.
Lo que no siempre es necesario, si el paciente reúne las condiciones pre-operatorias, es que el hospital o sanatorio tenga una unidad de terapia intensiva: hoy en día las cirugías se realizan con sedación anestésica más anestesia local, no como antes que se realizaban con intubación endotraqueal y anestesia general.